Las personas somos seres sociales y las relaciones conforman una parte importante de nuestra vida.

Separar a la persona individual de su contexto no es posible. Y, dentro de este contexto es donde se encuentran las relaciones sociales. Nos relacionamos con diferentes tipos de personas y de maneras muy diversas y esto, tiene un impacto en nosotros y nuestra vida.

A raíz de las interacciones con las personas y experiencias construimos nuestra identidad y modo de actuar. Aprendemos sobre nosotros mismos, teniendo en cuenta cómo nos ven los demás, a valorarnos y valorar.

Por este motivo, es esencial reflexionar sobre las personas con las que nos relacionamos y el tipo de relación que mantenemos con estas, teniendo en cuenta todo nuestro entorno: cercano y no tan cercano.

Establecer relaciones estables, afectivas y seguras es de vital importancia para nosotros, nuestro desarrollo y nuestro mundo emocional.

Por ello, es normal que las relaciones que tenemos con nuestro entorno tengan un impacto sobre nuestro bienestar emocional, no obstante, también lo es que nos puedan perjudicar y generen sensaciones de inestabilidad.

Las relaciones significativas marcan en parte nuestra manera de ser y actuar. Marcas que nos ayudan a crecer seguros o, al revés, que nos limitan y condicionan en el resto de interacciones.

Psicología social y relaciones personales

La psicología social pone su énfasis en cómo nos relacionamos con otras personas y la influencia que esto tiene.

Tipos de relaciones

Una relación interpersonal hace referencia a la interacción entre dos o más personas. Estas pueden ser muy variadas y existen muchos tipos de relaciones, entre todas, destacaremos las más relevantes y comunicativas: familiares, pareja y amistad.

Familia. Las relaciones que se forman entre los miembros de nuestra familia y, por lo general, nos acompañan desde que nacemos. Nosotros no elegimos nuestra familia, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones de esta dependen nuestras creencias y visión del mundo que nos rodea. Nuestros primeros vínculos tienen su origen aquí y esto determina en parte cómo aprendemos a relacionarnos con los demás. Poder detectar diferentes patrones y roles nos ayudará a entender parte de nuestro comportamiento en otras relaciones y cómo gestionamos a nivel emocional.

Amistad y amor. Relaciones en la que existe conexión en las que el afecto, el compromiso y la intimidad están presentes, aunque en distintos niveles. Este tipo de relaciones suelen basarse en la confianza y perduran en el tiempo debido a que aportan bienestar a la persona a través de la comunicación y compartir momentos y experiencias.

Conocidos. Relaciones breves, en las que no llega a establecer un vínculo de intimidad y/ o afecto. Pasajeras o circunstanciales. Suelen darse al conocer a una persona, pero que sabemos que no hay una relación fuera de la conveniencia, por ejemplo: un dependiente, camarero, persona con la que compartimos asiento en un medio de transporte… En estas también se podría incluir personas con las que compartimos actividades, trabajo, tiempo, pero no existe un vínculo más profundo, por ejemplo: un compañero de clase, de trabajo…

Es de vital importancia cuidar todo tipo de vínculos, si no, puede existir la tendencia a que este se vaya deteriorando y, se termine perdiendo.

dos personas abrazándose

Conflictos en las relaciones

Es normal que las relaciones que tenemos con nuestro entorno tengan un impacto sobre nuestro bienestar emocional, no obstante, también lo es que nos puedan perjudicar y generen sensaciones de inestabilidad.

Relacionarnos con los demás nos sumerge en un mundo en el que se ponen en juego costumbre, historias, perspectivas, pensamientos, creencias y realidades distintas. La gestión de estas semejanzas o diferencias puede nutrirnos mucho y, a su vez, generar conflictos.

Las dificultades en las relaciones pueden llegar a ser muy dolorosas y afectar negativamente a ambas personas. Estas se deben a muchas causas distintas, pero en la mayoría de las ocasiones derivan de la imposibilidad o dificultad para resolver el conflicto que se ha generado.

Esto genera en nosotros comportamientos, pensamientos y emociones desagradables que nos cuesta gestionar.

Podemos encontrar distintos problemas en base a cada relación, pero no todos nos afectan de la misma manera. Dependiendo del problema y lo significativa que sea la persona con la que existe el conflicto, nos puede llegar a provocar mucho sufrimiento y genera:

  • Tristeza
  • Ansiedad
  • Soledad
  • Culpa
  • Pérdida de confianza en el otro o nosotros mismos
  • Sensación de incomprensión
  • Dudas sobre nosotros mismos, nuestras capacidades y valía

Además de esto, se pueden generar problemas a la hora de crear vínculos futuros con otras personas independientemente del tipo de relación. Por ello, es de vital importancia que si alguna de tus relaciones te está causando malestar o notas que te afecta en tu día a día y en relación con el futuro desde Psicología EGS podemos ayudarte.

dos mujeres discutiendo en la cocina

Relaciones saludables

Las relaciones sanas se van elaborando en base al respeto, la confianza y la comunicación entre dos o varias personas. Que sea sana no significa que la relación sea idílica o perfecta, si no que las personas se sientan bien la mayor parte del tiempo.

Cabe destacar que hay personas que desarrollan de manera innata mejores habilidades sociales y tienen más facilidad para establecer buenas relaciones interpersonales, sin embargo, es una habilidad que se puede desarrollar.

Desde Psicología EGS, a través de sesiones individuales, te podemos ayudar a gestionar los problemas asociados a cualquier tipo de relación.

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